martes, 1 de diciembre de 2009

Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué,
aunque sentí al hacerlo que la vida
me arrancaba con él!

Del altar que le alcé en el alma mía
la Voluntad su imagen arrojó,
y la luz de la fe que en ella ardía
ante el ara desierta se apagó.

Aún turbando en la noche el firme empeño
vive en la idea la visión tenaz...
¡Cuándo podré dormir con ese sueño
en que acaba el soñar!


Gustavo Adolfo Becker.

y si, no es justamente para andar levantando ánimos, pero de este clásico, siempre me gusto la primera estrofa, figura tanto dolor y apenas es poco, comparado con la realidad.
y así me voy, con la esperanza de un martes que no siga los pasos del lunes.

1 comentario:

  1. Justo te conozco ahora blog tuyo, estamos iguales supongo, qué gran caricia es la poesía, que Dios bendiga al arte y a los artistas.

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