Solo, con mi esqueleto,
mi sombra,
mis arterias,
como un sapo en su cueva,
asomado al verano,
entre miles de insectos
que saltan,
retroceden,
se atropellan,
fallecen;
en una delirante actividad sin rumbo,
inútil,
arbitraria,
febril,
idéntica a la fiebre
que sufren las ciudades.
Solo,
con la ventana
abierta a las estrellas,
entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,
sin deseos de irme,
ni ganas de quedarme
a vivir otras noches,
aquí,
o en otra parte,
con el mismo esqueleto,
y las mismas arterias,
como un sapo en su cueva
circundado de insectos.
Oliverio Girondo.
Bueno Mujer Hermosa,
ResponderEliminarte regalo un poema de lluvia...
CLIMA
Tú llueves.
Caes sobre mí en líneas de agua.
Estoy perdido en ese punto de fuga
donde se dilluye el horizonte.
Mi piel es jurisdicción del frío,
soy fango.
La membrana del temporal
rodea el puerto con rústica luz,
lo hace invisible.
Tú no llegas,
la tormenta arrecia.
El mar se aferra al cielo con sus brazos grises.
Te llamo
y tu nombre se pierde
en el letargo sonoro de la lluvia.
anuar iván.