domingo, 17 de octubre de 2010

Guía (inutil) para madres primerizas...

Ya está. Ya nació. Y, como esto es lo más importante que te pasó en la vida, tenés que ser feliz. ¿Qué pasa?¿Te duelen los puntos y no te podés sentar porque te salió una sandía de adentro hace 24 horas? ¿Te molesta el tajo que te hicieron en la panza y te duele cuando sonreís? ¿Estás sentada en un aro de goma que parece el asiento del inodoro? ¿Tenés las tetas como dos rocas

impenetrables y te subió la fiebre a 39 y medio? ¿O tenés los pezones lastimados y cada vez que la pequeña novedad succiona te querés morir? ¿Te sentís horrible?¿Se te cae el pelo y estás gorda como un cerdo?¿Llevás un día entero sin dormir? ¿Te sentís un fenómeno de circo? No importa, querida, fuiste madre y tenés que ser feliz. No importa que no le importes a nadie. No importa que la gente pase por delante tuyo y ni te pregunte cómo estás. Ni que no te puedas sentar y a nadie se le ocurra ofrecerte un mísero almohadón. Ni que tengas hambre y no haya nada para comer excepto dos docenas de bolas de fraile. Ni que mueras de sed y no te alcancen ni un vasito de agua. Ni que tu casa esté invadida de gente que habla a los gritos y que supuestamente viene a ayudar pero en verdad espera que le cebes mate. No importa que hasta hace un día todo el mundo estaba pendiente de vos y ahora no existís. No importa todo eso. Tenés que ser feliz.
En las últimas 24 horas cambiaron algunas cositas en tu vida, cambios que podrías tratar de procesar si no fuera por el ruido ambiente, el hormonazo y las molestias posparto. Finalmente, y aunque no lo parezca ahora, la felicidad era esto. Esto. Y vos te sentís sorprendida en tu buena fe, porque cuando te dieron manija con el embarazo nadie te dijo que esto lo que venía después era así.
Hay cuestiones fundamentales que por resentimiento, amnesia temporaria o necesidad de preservación de la especie nadie te cuenta. Ni tu mamá, ni tu mejor amiga que tuvo un niño antes que vos, ni los autores de libros de éxito. Todas esas cosas ahora se resumen en la palabra esto. Digamos tres verdades acerca de Esto:
Verdad N 1: Nadie te lo cuenta como realmente es. Por piedad o sadismo, te lo ocultan. Esta guía contiene esa lista de cosas que nadie te dice sobre la maternidad. Por eso es imprescindible. Las que ya tuvieron hijos leerán esto y dirán bué, qué novedad. Pero para las primerizas, que es a quienes está dirigido este libro, es una revelación.
Verdad N 2: Saber todas esas cosas que nadie te había dicho sobre la maternidad no sirve para nada. En eso reside la inutilidad de esta guía. ¿Para qué sirven libros como éste, entonces? Bueno, los libros sobre maternidad, en general, son una buena base de datos y argumentos que pueden ayudarte a sostener decisiones que de todos modos habrías tomado. Nadie puede enseñarte nada sobre tu propio hijo. ¿Para qué engañarte? Los niños no se crían solos, pero casi.
Miren, si no, a Rómulo y Remo. El problema de dejarlos en la puerta de Casa Cuna y salir corriendo no digas que no se te ocurre no es que no van a sobrevivir, sino que una no podría tolerarlo. Así que a esta altura, en la que no se aceptan cambios ni devoluciones, vas a tener que encontrarle la vuelta a la situación. Y en eso estás sola como un perro sin paseador.
Lo que sí podemos ofrecerte es el alivio que te aporta conocer la verdad. Y también soluciones para uno de los grandes problemas de la crianza de un bebé: cómo mantener a raya a los demás.
La obligación de que el niño sobreviva a la familia, el país y el mundo globalizado (todo libro serio debe contener la palabra globalizado) es tuya. Al menos hasta los 18 años. Parientes, autoridades y metidos varios no harán mucho al respecto, además de criticar.
Verdad N 3: Parte del secreto de una crianza exitosa es encontrar el modo de que los demás no te ... y si es posible, que ayuden mientras vos hacés el laburo. Si podemos ayudarte en eso, amiga,

parte de la introducción del libro de Ingrid Beck


FELIZ DIA!!

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